Durante cinco generaciones, cada una con la misma pasión por el coñac, la Maison Prunier ha preservado la memoria del oficio de su industria, durante más de dos siglos. Desde el almacenamiento, el envejecimiento, la mezcla y el embotellado, durante 250 años la casa Prunier celebra sólo los mejores aguardientes del mercado y ha ido optimizando su calidad con un estimado savoir-faire artesanal. No es de extrañar que Prunier sea líder del mercado chino desde hace 30 años.
La casa de coñac Prunier se remonta a 1665, cuando Jean Prunier, un reputado experto en coñac de la zona de La Rochelle, empezó a producir vino y brandy. A principios del siglo XVIII empezó a enviar sus productos por todo el mundo, y así nació Cognac Prunier. Su hijo, Gabriel Prunier, se hizo cargo de la empresa tras la muerte de Jean en 1732, seguido de su nieto, también llamado Jean Prunier. Otro miembro de la familia, François Prunier, adquirió viñedos en el distrito de Cognac, en los alrededores de St-Jean-d'Angély. Fue él y otro Jean Prunier quienes ultimaron el traslado de la empresa a la propia ciudad de Cognac a principios del siglo XIX. Este tercer Jean Prunier tuvo tres hijos, Alphonse, Marcel y Gaston, que siguieron la tradición familiar.
Alphonse se hizo cargo de la empresa, Marcel trabajó en Europa como representante de la compañía y Gaston se trasladó a Australia, donde creó una sucursal antípoda de Cognac Prunier en Melbourne. Cuando Alphonse murió en 1918 no dejó descendencia directa. Así que su viuda recurrió a su sobrino, Jean Burnez, para que se hiciera cargo de la dirección de la empresa. A continuación, el hijo de Jean, Claude Burnez (1927-2011), sucedió a su padre al frente de la empresa antes de ceder la dirección a su esposa Susan Burnez en 1987. Desde 2009, Stéphane Burnez, hijo de Claude, garantiza la continuidad de esta empresa familiar de coñac con la ayuda de su hija Alice, que se incorporó en 2016.
En la actualidad, Cognac Prunier ha entrado ya en su sexta generación y sigue albergada en la misma casa medieval de Cognac que ha sido durante los dos últimos siglos. Sigue siendo una empresa familiar dirigida en la actualidad por el hijo de Claude Burnez, Stéphane Burnez, que tomó el relevo en 2009. La sexta generación de la familia en unirse a la casa Prunier son las hijas de Stéphane, Alice y Claire, que se unieron a su padre en 2016. La empresa produce una amplia gama de coñacs, además de otros brandies. Sin embargo, la casa Prunier tiene mucho cuidado en mantenerse fiel a las tradiciones ancestrales de la producción de coñac y brandy, por lo que se enorgullecen de producir una amplia variedad de productos añejos, que van desde coñac de 2 años hasta mezclas XO mucho más antiguas.