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Elcoñac Prunier Vintage 1980 Petite Champagne no es simplemente la celebración de un cru único, sino un pedazo de historia, un milésima rico y terroso para saborear con cada sorbo. Las uvas Ugni Blanc se cosecharon en los ricos suelos del terruño de Petite Champagne en 1980, y los aguardientes destilados se dejaron envejecer en viejas barricas de roble durante más de tres décadas antes de ser embotellados en mayo de 2011.
En una edición limitada de sólo 625 botellas, este raro coñac procedente de la mitad del cru de Fine Champagne - Petite Champagne - ha ganado impulso y popularidad entre los entendidos gracias a su carácter sabroso y a sus tonos terrosos y a nuez, que sólo pueden conseguirse mediante un largo proceso de envejecimiento.
Descrito como un "coñac rico y complejo para beber a sorbos", el Petite Champagne Vintage 1980 es especialmente sabroso, con notas dominantes de frutos secos en nariz y especias que se impregnan en el paladar.
Los requisitos legales para obtener el estatus de añada son relativamente estrictos y difíciles de cumplir para los productores de coñac. El precinto de una damajuana de un solo año sólo puede ser roto por un representante jurado antes de ser embotellada, por lo que nada del coñac almacenado en su interior puede tocarse, probarse o extraerse durante todo el proceso de envejecimiento.
Gracias a este método natural de permitir que el coñac se exprese plenamente, sin ser tocado por la mano del hombre durante más de tres décadas, el 1980 Vintage Petite Champagne tiene una graduación alcohólica más alta, de 54,8%, por lo que se considera un coñac de graduación natural.
Los estrictos procesos de envejecimiento, destilación y embotellado se han llevado a cabo en un depósito aduanero para garantizar su autenticidad, y la atención de Prunier a los detalles se extiende a cada paso de la producción.
Las botellas vintage de Prunier se inspiran en un diseño del siglo XIX desarrollado por los antepasados del actual gerente Claude Burnez. Cada botella es soplada de forma semimanual por artesanos franceses que utilizan métodos tradicionales, por lo que cada una de ellas es única con su cascada de burbujas atrapadas en el interior.
Cada botella se sella también con cera, reproduciendo el estricto proceso de sellado de las damajuanas para proteger y demostrar la añada del coñac. El Grande Champagne Vintage 1980 luce un sello de cera púrpura con detalles de color pergamino y violeta en el cuerpo de la botella. Cada una de las 625 ediciones limitadas está numerada individualmente en la etiqueta.
La botella se presenta en una preciosa caja de madera adornada con el logotipo de la Maison Prunier para exponerla, guardarla o regalarla.
Como ocurre con muchos coñacs añejos de este tipo, lo mejor es disfrutarlo solo, quizás con amigos o seres queridos para celebrar un aniversario o cumpleaños concreto de este año.
Deje reposar el coñac unos minutos una vez servido en una copa tulipán tradicional, y asegúrese de girar la copa para aumentar la aireación, apreciar sus aromas a frutos secos y disfrutar de la plétora de sabores en el paladar.
Si cree que esta cosecha es un poco fuerte para su gusto, puede añadir unas gotas de agua. Es un digestivo delicioso, sobre todo si se toma con un puro o un espresso. Sus tonos terrosos también contrastarían bien con un postre dulce, como una tarta de caramelo salado o una mousse de chocolate blanco y frambuesa. También podría combinarse con un soufflé de chocolate negro; las notas amargas del cacao se verían realzadas por el sutil picante de la añada.
