Coñac Prunier Vintage 1991 Petite Champagne

Prunier Vintage 1991 Petite Champagne Cognac: una sabrosa sensación, dos décadas de elaboración.

Prunier Vintage 1991 Petite ChampagneCognac es, sencillamente, una obra maestra de veinte años de elaboración. Las uvas Ugni Blanc se cosecharon en los ricos suelos del terruño de Petite Champagne en 1991, tras lo cual los aguardientes destilados se dejaron envejecer en viejas barricas de roble durante dos décadas antes de embotellarse finalmente en 2011.

En edición limitada a 692 botellas, este raro coñac procedente de la mitad del cru de Fine Champagne - Petite Champagne - ha ganado impulso y popularidad entre los entendidos gracias a su carácter sabroso y a sus tonos terrosos y a nuez, que sólo pueden conseguirse mediante un largo proceso de envejecimiento.

Descrita por algunos como una "añada excepcional " de "fruta concentrada y especias", es una representación perfecta de la artesanía de Prunier en su trabajo, celebrando los tonos amaderados, de nuez y ahumados absorbidos de las barricas de Limousin, al tiempo que mantiene el toque afrutado y floral por el que el Petite Champagne es tan famoso.

Los requisitos legales para recibir el estatus de añejo son relativamente estrictos y difíciles de cumplir para los productores de coñac. El precinto de una damajuana de un solo año sólo puede ser roto por un representante jurado antes de ser embotellada, por lo que nada del coñac almacenado en su interior puede ser tocado, catado o removido durante todo el proceso de envejecimiento.

Gracias a este método natural de permitir que el coñac se exprese plenamente, sin ser tocado por la mano del hombre durante dos décadas, el Vintage Petite Champagne 1991 tiene una graduación alcohólica más alta, del 51,5%, por lo que se considera un coñac de graduación natural.

Durante los 20 años que este Cognac ha pasado envejeciendo en la bodega "Paradis" de Prunier, el Cognac Prunier Vintage 1991 Petite Champagne ha conseguido alcanzar una maduración óptima, aprovechando las condiciones de humedad para absorber plenamente los taninos de las barricas de roble. La leyenda cuenta que un río fluía bajo los terrenos de la finca, lo que es responsable de la atmósfera única de la bodega y contribuye al sabor incomparable de los coñacs Prunier.

Presentación de la botella

Las botellas de añada de Prunier se inspiran en un diseño del siglo XIX desarrollado por los antepasados del actual gerente Claude Burnez. Cada botella es soplada de forma semimanual por artesanos franceses utilizando métodos tradicionales, por lo que cada una de ellas es única con sus burbujas en cascada atrapadas en su interior.

Cada botella se sella con cera, reproduciendo el estricto proceso de sellado de las damajuanas para proteger y demostrar la añada del coñac. El Grande Champagne Vintage 1989 tiene un sello de cera azul intenso con detalles en color pergamino y azul en el cuerpo de la botella. Cada una de las 692 ediciones limitadas está numerada individualmente en la etiqueta.

La botella se presenta en una magnífica caja de madera adornada con el logotipo de la Maison Prunier para exponerla, guardarla o regalarla.

Cómo degustar el coñac Prunier Vintage 1991 Petite Champagne

Como ocurre con muchos coñacs añejos como éste, lo mejor es disfrutarlo solo, quizás con amigos o seres queridos para celebrar un aniversario o cumpleaños concreto de este año.

Deje reposar el coñac unos minutos una vez servido en una copa tulipán tradicional, y asegúrese de girar la copa para aumentar la aireación, apreciar sus aromas a frutos secos y disfrutar de la plétora de sabores en el paladar.

Si cree que esta cosecha es un poco fuerte para su gusto, puede añadir unas gotas de agua. Es un digestivo delicioso, sobre todo si se toma con un puro o un espresso. Sus tonos terrosos también contrastarían bien con un postre dulce, quizás una pannacotta de chocolate blanco o una tarta de caramelo salado.