Planat 10 años Coñac ecológico

Coñac ecológico Planat 10 años: Picante y vibrante

Como su nombre indica, se trata de un coñac puramente ecológico que contiene aguardiente envejecido durante un mínimo de 10 años. Es el paradigma de un coñac para el mundo en el que vivimos hoy, con una degustación refinada creada por un productor ético con una conciencia social respetuosa con el medio ambiente. Del viñedo a la botella, esta compleja mezcla lleva al degustador a una montaña rusa de placer aromático y sensorial. Crear semejante obra maestra sin utilizar fertilizantes, productos químicos, pesticidas, aditivos ni conservantes es el resultado de una verdadera habilidad y pasión, la razón por la que el maestro bodeguero sólo selecciona componentes que van más allá en su potencial de envejecimiento.

El resultado, hemos de decir, es bastante sorprendente, abriéndose con una elegancia que a menudo sólo se asocia con coñacs envejecidos mucho más allá de una sola década. Tanto la nariz como el paladar se benefician de una increíble complejidad, pero hay una fuerza subyacente de carácter que le da ese toque extra especial que le mantendrá sorbiendo, saboreando y descubriendo más matices sutiles.

El coñac Planat nació en 1828, de la mano de Abel Planat, un viticultor de enorme habilidad cuyos productos no tardaron en ser bien considerados por los profesionales del sector. A lo largo de las décadas, la casa no ha dejado de evolucionar, disfrutando de un dinamismo pocas veces visto en un sector en el que se venera la tradición por encima de todo.

Sin embargo, Planat Cognac ha sabido combinar tradición y progreso, y fue el primer productor de la región en adoptar el concepto de producción ecológica de coñac. Esto demuestra el compromiso no sólo de llevar al mercado un gran aguardiente, sino de hacerlo en armonía con la madre naturaleza.

Todos los coñacs de Planat son conocidos por su complejidad aromática, y esta versión ecológica de 10 años es sin duda un magnífico ejemplo de ello.

Presentación de la botella

Su presentación en una botella contemporánea con cuello de tapón ancho, combinada con un etiquetado sencillo, representa eficazmente las líneas limpias y la belleza sin complicaciones que exige el bebedor exigente de hoy en día.

Cómo disfrutarlo

Es un coñac maravillosamente variado: Lo suficientemente añejo como para degustarlo a la manera tradicional (digestivo, aperitivo), pero presenta la oportunidad perfecta para ser aventurero. Pruébelo con hielo, con un chorrito de agua de manantial o en un cóctel Sidecar o Sazerac.