Coñac Prunier 1977 Vintage Borderies

Cosecha Prunier 1977: La prueba de que las grandes cosas pueden venir de regiones pequeñas

El coñac Prunier 1977 Vintage Borderies es un excelente ejemplo de una maravillosa cosecha del más pequeño de los terruños de coñac. La Casa Prunier es una auténtica maestra del coñac de añada, y este ejemplar bien madurado no es una excepción. Embotellado con una graduación de 51,5% y sin aditivos, muestra aromas complejos y potentes equilibrados con un paladar delicado: una auténtica delicia para quienes disfrutan de las cosas buenas de la vida.

Cualquier conocedor del coñac notará el sabor único que expresan los aguardientes de las Borderies. El suelo de esta región imprime un carácter único a las uvas que crecen en sus colinas calcáreas; a muchos les sorprenderán gratamente las notas de lavanda tanto en nariz como en paladar. No sólo se trata de un magnífico coñac procedente de una excelente cosecha, sino también de uno que estará a la altura de los grandes lanzamientos de los viñedos vecinos de Grande y Petite Champagne.

A diferencia de las grandes casas de Cognac, Maison Prunier no cultiva sus propias uvas, sino que se especializa en la compra de aguardientes directamente a los viticultores y destiladores. Así pueden seleccionar las añadas más excepcionales e inusuales para envejecerlas en sus húmedas bodegas junto al río Charente. La empresa sigue teniendo su sede en el castillo medieval donde se fundó en 1665. Hoy la dirige la familia Burnez, gracias a Jean Burnez, que tomó las riendas cuando el marido de su tía, Alphone Prunier, falleció sin descendencia. Bajo la atenta mirada de los hijos de Jean, esperamos ver muchas más añadas excepcionales de esta gran casa de Cognac en los años venideros.

Presentación de la botella

Este coñac de añada se presenta en una botella tradicional sellada con cera y en una caja de regalo de madera. La intrincada y clásica etiqueta identifica claramente el número de botella individual - una de sólo unos pocos cientos de unidades.

Las botellas utilizadas para las añadas de Prunier se han inspirado en una botella soplada a mano utilizada en el siglo XIX por la familia del gerente de Prunier, Claude Burnez. La botella original contenía burbujas de aire en el vidrio, que hoy se emulan inyectando aire manualmente en el vidrio. Puede que sea un proceso laborioso, pero el resultado es una expresión impresionante (algunos dirán impecable) del coñac Borderies.

Cómo degustar el coñac Prunier 1977 Vintage Borderies

Este extraordinario coñac añejo es para la copa tulipán. Prunier lo ha dejado con la graduación de barrica, lo que permite al bebedor elegir entre beberlo solo o añadir un chorrito de agua para rebajar el porcentaje de alcohol. Durante los meses de verano, un cubito de hielo también es adecuado. Las notas suaves y sutilmente florales de esta expresión son el maridaje perfecto para el sorbete de frambuesa o los melocotones asados con crema inglesa.