Sazerac

La historia del Sazerac comienza con un experimento nocturno del inmigrante criollo Antoine Peychaud en su farmacia de Nueva Orleans en 1838. Como boticario, Peychaud era aficionado a la coctelería y, una noche, mientras entretenía a sus amigos, encontró un brebaje irresistible a base de brandy, absenta y una pizca de su amargo secreto. Este brebaje fue el primero de su clase y, según la leyenda, se convirtió en el primer cóctel de América.

En 1850, el cóctel se popularizó en el frecuentado Sazerac Coffee House de Nueva Orleans, donde su propietario, Sewell Taylor, empezó a ofrecerlo a la clientela. Su versión se elaboraba con coñac Sazerac de Forge et Fils, que importaba de Francia. El cóctel pronto se convirtió en la comidilla de la ciudad, y posteriormente recibió su nombre.

En 1869, Thomas H. Handy compró el Sazerac Coffeehouse y pronto se dedicó a comprar y comercializar varias marcas de licores. Dos décadas más tarde, tras comprar los derechos del amargo de Peychaud, Sazerac adquirió su cóctel homónimo, acercando la mítica bebida a las masas y ampliando el negocio en el proceso. La empresa ha disfrutado de un enorme éxito mundial durante más de 150 años.

Para cerrar el círculo y volver a Cognac, la actual empresa de bebidas espirituosas se esforzó mucho en investigar su historia, encontrando vínculos con una importante familia francesa que llevaba 400 años produciendo Cognac en su finca de Charente. De hecho, la familia llevaba desde 1782 explotando una empresa de coñac de éxito internacional y comercial con el nombre de Sazerac de Forge et Fils. A la luz de este nuevo descubrimiento y de la conexión histórica, Sazerac adquirió la finca y la destilería de coñac en 2016, trayendo el coñac de vuelta a Nueva Orleans.