Chateau Arton Armagnac

Historia del Château Arton Armagnac

El 28 de agosto de 1978, Patrick de Montal y Victoire de Montesquiou sólo necesitaron una mirada para saber que su futuro estaba en la propiedad Arton. Un sueño hecho realidad, la clave de su futuro. Dando la espalda a su vida parisina para regresar al lugar que les vio nacer: Patrick en Rieutort, Victoire se encontraron de nuevo en Marsan, inspirados por la pasión de volver a su tierra ancestral y rendir homenaje a la Gascuña que tanto aprecian.

Con un golpe de buena suerte, tras instalarse en la finca Arton, Patrick y Victoire descubrieron en la antigua bodega barricas centenarias, lo que significa que el puntal guarda una larga historia de vino - sólo para que su memoria se reavivara con pasión y un sueño en los años siguientes.

A los 40 años, la pareja se convierte en viticultora, un cambio de rumbo total y la realización de un sueño que canaliza el espíritu de Gascuña. Plantando sus primeras viñas en 1981 y las siguientes en 1990, el Domaine empezó a tomar la forma que la marca reconoce hoy.

Château Arton Armagnac en la actualidad

Tierra del buen vivir, Gascuña infunde a Patrick y Victoire un estilo de vida que se ha convertido en su firma. Llevados por su asombro y su amor por la belleza, se dejan inspirar por la finca y la tierra de Arton. Desde la elegancia de sus cosechas hasta el encanto de su paisaje, se relacionan con la vida en su forma más simple, con gusto y serenidad. Mucho más que un viñedo, Arton es el sueño compartido entre un hombre y una mujer. Es el amor de un lugar descubierto, revisitado y reinventado.

Noticias y productos

Con una amplia colección de vinos y coñacs de Gascuña, no le faltará donde elegir. Aunque las opciones son abundantes, la gama revela la calidad y una variedad impresionante, teniendo en cuenta el estatus de la marca como productor de vino razonablemente joven.

Visite

Colgada en la puerta principal, lo primero que verá al visitar Chateau Arton es la "M", que estaba allí mucho antes de que Patrick y Victoria llegaran. Algunos dirán que fue el destino y que el castillo les estaba esperando, ya que coincide con la inicial del apellido de la pareja. Más allá de la puerta y alrededor del pueblo de Arton, admire la delicada belleza del paisaje, que serpentea hasta las cumbres de los Pirineos. En medio de una naturaleza exuberante, peonías, hortensias, robles, manantiales e incluso un lago... es un marco incomparable que merece la pena visitar, no sólo por el Armagnac que aquí se produce, sino también por el lugar.